miércoles, 10 de octubre de 2012

Una sonrisa de tristeza para el mundo

Pobre mujer. Él se lo llevó.
Se lo arrebató de sus brazos mientras ella se secaba las lágrimas.
Lo sabía, pero no ahora.
Nunca antes había sentido un golpe tan fuerte,
la rompió por dentro.
Él se lo llevó, se llevó una gran parte de su ser.
Y con ello su sonrisa, sus ganas de vivir se evaporaron.
Por ahora está por estar,
porque la vida sigue su curso,
aunque para ella, ahora, sea demasiado lento.
No quiere hacer ver al mundo el hueco en su pecho.
Se acerca a duras penas a su viejo espejo y se mira,
ve cómo pasa el tiempo, el futuro en presente, y piensa "¿Por qué no a mí?"
Aunque su pulso sea frágil y tembloroso,
coge el pintalabios y se dibuja una pequeña curva en las comisuras de los labios.
Se corrige las ojeras, ahora apenas duerme, llora en silencio,
es lo único que puede hacer, hasta que se gaste...
Una vez dibujada la felicidad en su rostro,
coge el bolso y se va a tomar una infusión a la cafetería de siempre.
Hasta la hora de comer.
No sin antes corregir la marca de rimmel que ha dejado una pequeña lágrima que se ha escapado.
Ahora sí, está lista para salir.