jueves, 13 de diciembre de 2012

Y lloré

Y entonces lloré, lloré de felicidad.
Lloré porque recordé.
Recordé un simple, pero el más sincero y reconfortante abrazo que me han dado nunca.
Y fuiste tú. Y hablamos, pero no dijimos ni una palabra.
Y me acariciabas el pelo.
Y sonaba la música.
Entonces lloré, lloré de felicidad.
Y me da pena, porque seguramente, el alcohol lo ha borrado de tu memoria.
Y lloré.